martes, 23 de abril de 2013
ACOSO ESCOLAR O BULLYING
ACOSO ESCOLAR O BULLYING
El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar, matoneo escolar o por su término
inglés bullying)
es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre
escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los
centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser
niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-14 años), siendo
ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
El acoso escolar es una forma
característica y extrema de violencia
escolar.
El acoso escolar es una
especie de tortura, metódica y
sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio,
la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.
Este tipo de violencia
escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir
la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es
ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida
subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y
emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una
serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico);
es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y
que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En
algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el
suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento
hacia las personas sin limitación de edad.
Objetivos y evolución de los casos de acoso escolar
El objetivo de la
práctica del acoso escolar es intimidar, apocar, reducir, someter, aplanar,
amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a
obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una
necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que
pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación
social con los demás.
En ocasiones, el niño
que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros busca, mediante el método
de «ensayo-error», obtener el reconocimiento y la atención de los demás, de los
que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado en la exclusión y
el menosprecio de otros.
Con mucha frecuencia el
niño o niña que acosa a otro compañero suele estar rodeado muy rápidamente de
una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la
víctima. Ello es debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un
profesor, un familiar, etc.) que imponga límites a este tipo de conductas,
proyectando el acosador principal una imagen de líder sobre el resto de sus
iguales seguidores.
A menudo la violencia
encuentra una forma de canalizarse socialmente, materializándose en un
mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el mecanismo del chivo expiatorio.
Destruir al que no es seguidor, al que se resiste, al diferente, al que
sobresale académicamente, al imbuido de férreos principios morales, etc.
Tipos de acoso escolar
Los profesores Iñaki Piñuel y Zabala y Araceli Oñate han descrito hasta 8 modalidades de
acoso escolar, con la siguiente incidencia entre las víctimas:
- Bloqueo social (29,3%)
- Hostigamiento (20,9%)
- Manipulación (19,9%)
- Coacciones (17,4%)
- Exclusión social (16,0%)
- Intimidación (14,2%)
- Agresiones (13,0%)
- Amenazas (9,1%)
Bloqueo social
Agrupa las acciones de
acoso escolar que buscan bloquear
socialmente a la víctima. Todas ellas buscan el aislamiento social y su marginación impuesta por estas conductas de bloqueo.
Son ejemplos las
prohibiciones de jugar en un grupo, de hablar o comunicar con otros, o de que
nadie hable o se relacione con él, pues son indicadores que apuntan un intento
por parte de otros de quebrar la red social de apoyos del niño.
Se incluye dentro de
este grupo de acciones el meterse con la víctima para hacerle llorar. Esta
conducta busca presentar al niño socialmente, entre el grupo de iguales, como
alguien flojo, indigno, débil, indefenso, estúpido, llorica, etc. El hacer
llorar al niño desencadena socialmente en su entorno un fenómeno de estigmatización secundaria conocido como mecanismo de chivo expiatorio. De todas las modalidades de acoso
escolar es la más difícil de combatir en la medida que es una actuación muy
frecuentemente invisible y que no deja huella. El propio niño no identifica más
que el hecho de que nadie le habla o de que nadie quiere estar con él o de que
los demás le excluyen sistemáticamente de los juegos.
Hostigamiento
Agrupa aquellas
conductas de acoso escolar que consisten en acciones de hostigamiento y acoso
psicológico que manifiestan desprecio, falta de respeto y desconsideración por
la dignidad del niño. El desprecio, el odio, la
ridiculización, la burla, el menosprecio, los motes, la crueldad, la
manifestación gestual del desprecio, la imitación burlesca son los indicadores
de esta escala.
Manipulación social
Agrupa aquellas
conductas de acoso escolar que pretenden distorsionar la imagen social del niño
y “envenenar” a otros contra él. Con ellas se trata de presentar una imagen
negativa, distorsionada y cargada negativamente de la víctima. Se cargan las
tintas contra todo cuanto hace o dice la víctima, o contra todo lo que no ha
dicho ni ha hecho. No importa lo que haga, todo es utilizado y sirve para
inducir el rechazo de otros. A causa de esta manipulación de la imagen social
de la víctima acosada, muchos otros niños se suman al grupo de acoso de manera
involuntaria, percibiendo que el acosado merece el acoso que recibe,
incurriendo en un mecanismo denominado “error básico de atribución”.
Coacción
Agrupa aquellas
conductas de acoso escolar que pretenden que la víctima realice acciones contra
su voluntad. Mediante estas conductas quienes acosan al niño pretenden ejercer
un dominio y un sometimiento total de su voluntad.
El que la víctima haga
esas cosas contra su voluntad proporciona a los que fuerzan o tuercen esa
voluntad diferentes beneficios, pero sobre todo poder social. Los que acosan
son percibidos como poderosos, sobre todo, por los demás que presencian el
doblegamiento de la víctima. Con frecuencia las coacciones implican que el niño
sea víctima de vejaciones, abusos o conductas sexuales no deseadas que debe
silenciar por miedo a las represalias sobre sí o sobre sus hermanos.
Exclusión social
Agrupa las conductas de
acoso escolar que buscan excluir de la participación al niño acosado. El “tú
no”, es el centro de estas conductas con las que el grupo que acosa segrega
socialmente al niño. Al ningunearlo, tratarlo como si no existiera, aislarlo,
impedir su expresión, impedir su participación en juegos, se produce el vacío
social en su entorno.
Intimidación
Agrupa aquellas
conductas de acoso escolar que persiguen amilanar, amedrentar, apocar o
consumir emocionalmente al niño mediante una acción intimidatoria. Con ellas
quienes acosan buscan inducir el miedo en el niño. Sus indicadores son acciones
de intimidación, amenaza, hostigamiento físico intimidatorio, acoso a la salida
del centro escolar.
Amenaza a la integridad
Agrupa las conductas de
acoso escolar que buscan amilanar mediante las amenazas contra la integridad
física del niño o de su familia, o mediante la extorsión.
Causas
El agresor: características psicológicas y entorno familiar
Aunque el acosador
escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología. Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva.
La carencia de empatía
explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y ser insensible al
sufrimiento de este.
La presencia de distorsiones cognitivas tienen que
ver con el hecho de que su interpretación de la realidad suele eludir la
evidencia de los hechos y suele comportar una delegación de responsabilidades
en otras personas. Así, normalmente responsabiliza de su acción acosadora a la
víctima, que le habría molestado o desafiado previamente, con lo que no refleja
ningún tipo de remordimiento respecto de su conducta (los datos indican que,
aproximadamente, un 70% de los acosadores responden a este perfil).
La psicología actual,
por otra parte, identifica en los acosadores escolares la existencia probable
de una educación familiar permisiva que les puede haber llevado a no
interiorizar suficientemente bien el principio
de realidad: los derechos de uno deben armonizarse con los de los demás.
La consecuencia es la dificultad para ponerse en el lugar del otro por una
carencia de altruismo vinculada a un ego que crece a costa de los demás,
meros instrumentos a su servicio, y que tiene un umbral de frustración muy bajo. Algunos autores denominan a este tipo de
niño como niño tirano.
El niño mal educado en
la familia probablemente reproducirá en la escuela los hábitos adquiridos. Ni
respetará, ni empatizará con los profesores, ni con sus compañeros. Sus
frustraciones quizá le lleven a elegir un cabeza de turco. A menudo será aquel compañero que le haga
patentes sus limitaciones y carencias, o que, simplemente, le parezca
vulnerable.
El entorno escolar
Se puede dar el caso de
que la ausencia en clase (o, en general, en el centro educativo) de un clima
adecuado de convivencia pueda favorecer la aparición del acoso escolar. La
responsabilidad al respecto oscila entre la figura de unos profesores que no
han recibido una formación específica en cuestiones de intermediación en
situaciones escolares conflictiva, y la disminución de su perfil de autoridad
dentro de la sociedad actual.
La televisión
El mensaje implícito de
determinados programas televisivos de consumo frecuente entre adolescentes que
exponen un modelo de proyecto vital que busca la aspiración a todo sin
renunciar a nada para conseguirlo, siempre y cuando eso no signifique
esforzarse o grandes trabajos, constituye otro factor de riesgo para
determinados individuos.
Los expertos han llegado
también a la conclusión de que la violencia en los medios de comunicación tiene
efectos sobre la violencia real, sobre todo entre niños. Se discute, no
obstante, el tipo de efectos y su grado: si se da una imitación indiscriminada,
si se da un efecto insensibilizador, si se crea una imagen de la realidad en la
que se hiperboliza la incidencia de la violencia, etc.
En conclusión la
televisión con alto riesgo de violencia afecta a los niños, en el sentido de
querer y tratar ser como ellos (tipos de modelo prototipo).
Prevención
Se estima que la
intervención simultánea sobre factores individuales, familiares y
socioculturales, es la única vía posible de prevención del acoso escolar. La
prevención se puede realizar en distintos niveles.
Una prevención primaria sería
responsabilidad de los padres (apuesta por una educación democrática y no
autoritaria), de la sociedad en conjunto y de los medios de comunicación (en
forma de autorregulación respecto de determinados contenidos).
Una prevención secundaria
sería las medidas concretas sobre la población de riesgo, esto es, los
adolescentes (fundamentalmente, promover un cambio de mentalidad respecto a la
necesidad de denuncia de los casos de acoso escolar aunque no sean víctimas de
ellos), y sobre la población directamente vinculada a esta, el profesorado (en
forma de formación en habilidades adecuadas para la prevención y resolución de
conflictos escolares).
Por último, una prevención
terciaria serían las medidas de ayuda a los protagonistas de los casos
de acoso escolar.
Resolución de conflictos
Pese a que la figura del
acoso en general atiende a un concepto de negación del conflicto al tratarse de
un maltrato soterrado (incluso para la víctima, pues a ella le declaran la
guerra en secreto, nunca abiertamente), tal vez podría hablarse de conflicto para simplificar el acercamiento a la materia. Y
es que el conflicto forma parte de la vida y es un motor de progreso, pero en
determinadas condiciones puede conducir a la violencia. Para mejorar la
convivencia educativa y prevenir la violencia, es preciso enseñar a resolver
conflictos de forma constructiva; es decir, pensando, dialogando y negociando.
Un posible método de resolución de conflictos se desarrolla en los siguientes
pasos:
- Definir adecuadamente el conflicto.
- Establecer cuáles son los objetivos y ordenarlos según su importancia.
- Diseñar las posibles soluciones al conflicto.
- Elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo.
- Llevar a la práctica la solución elegida.
- Valorar los resultados obtenidos y, si no son los deseados, repetir todo el procedimiento para tratar de mejorarlos.
Una buena idea puede ser
la de ir escribiendo las distintas fases del proceso, para facilitar su
realización. En los programas de prevención de la violencia escolar que se
están desarrollando en los últimos tiempos, se incluyen la mediación y la
negociación como métodos de resolución de conflictos sin violencia.
Páginas consultadas.
www.salud180.com
·
http://integraser.cl/causas_del_bullying.html
·
http://es.wikipedia.org/wiki/Acoso_escolar
10 Tips para prevenir el bullying
1. No le pidas a tu hijo que resuelva solo el problema y mucho menos con violencia, porque esto, lejos de solucionar el problema, puede ocasionar más estrés en los niños o adolescentes. Fomenta valores como responsabilidad, solidaridad, entre otros, con tus hijos.
2. Evita que en casa haya gritos, golpes o insultos, recuerda que los niños son un reflejo de los que viven en casa.
3. Enseña a tus hijos a controlar sus emociones e impulsos.
4. Determina límites en su conducta.
5. Relaciónate y conoce a los amigos de tus hijos.
6. Enseña a tu hijo a reconocer sus errores y a pedir disculpas si es
necesario. Si comprobaste que tu hijo es un acosador, no ignores la
situación porque seguramente se agravará, calmadamente busca la forma de
ayudarlo.
7. Cuando se detecta un caso de bullying,
los padres del niño o adolescente deben trabajar conjuntamente con la
escuela para resolver el problema de una forma inmediata.
8. Habla con los profesores, pídeles ayuda y escucha todas las
críticas que te den sobre tu hijo. Mantente informado de cómo la escuela
está tratando el caso y los resultados que se están obteniendo.
9. Nunca dejes de demostrarle amor a tu hijo, pero también debes
hacerle saber que no permitirás esas conductas agresivas e
intimidatorias; además, deja muy claras las medidas que se tomarán a
causa de su comportamiento.
10. Si efectivamente comprobaste que lo están acosando, mantén la
calma y no demuestres preocupación, el niño tiene que ver en tu rostro
determinación y positivismo.
Para más información, entra a la página: http://bastadebullying.com/
lunes, 22 de abril de 2013
Causas y consecuencias del Bullying
Personales: Un niño que actua de manera
agresiva sufre intimidaciones o algún tipo de abuso en la escuela o en la
familia.
Adquiere esta conducta cuando es frecuentemente humillado por los adultos.
Se siente superior, ya sea porque cuenta con el apoyo de otros atacantes o
porque el acosado es un niño con muy poca capacidad de responder a las
agresiones.
Familiares: El niño puede tener actitudes
agresivas como una forma de expresar su sentir ante un entorno familiar poco
afectivo, donde existen situaciones de ausencia de algún padre, divorcio,
violencia, abuso o humillación ejercida por los padres y hermanos mayores; tal
vez porque es un niño que posiblemente vive bajo constante presión para que
tenga éxito en sus actividades o por el contrario es un niño sumamente mimado.
Todas
estas situaciones pueden generar un comportamiento agresivo en los niños y
llevarles a la violencia cuando sean adolescentes.
En la
escuela: Cuanto
más grande es la escuela hay mayor riesgo de que haya acoso escolar, sobre todo
si a este factor se le suma la falta de control físico, vigilancia y respeto;
humillación, amenazas o la exclusión entre personal docente y alumnos.
Por otro
lado los nuevos modelos educativos a que son expuestos los niños como la
ligereza con que se tratan y ponen en practica los valores , la ausencia de
límites y reglas de convivencia, han influenciado para que este tipo de
comportamiento se presenten con mayor frecuencia.
Consecuencias
para el o los agresores
Pueden
convertirse posteriormente en delicuentes, la persona se siente frustrada
porque se le dificulta la convivencia con los demás niños, cree que ningún
esfuerzo que realice vale la pena para crear relaciones positivas con sus
compañeros.
Consecuencias
para la víctima
Evidente baja autoestima, actitudes pasivas,
pérdida de interés por los estudios lo que puede llevar a una situación de
fracaso escolar, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión,
ansiedad, pensamientos suicidas, lamentablemente algunos chicos, para no tener
que soportar más esa situación se quitan la vida.
Consejos para detectar el Bullying
Consejos para padres
Los padres deben estar atentos a los siguientes aspectos, que pueden ser indicios de que su hijo está siendo víctima del acoso escolar:
- Cambios en el comportamiento del niño. Cambios de humor.
- Tristeza, llantos o irritabilidad.
- Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito.
- Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos...
- Pierde o se deterioran de forma frecuente sus pertenencias escolares o personales, como gafas, mochilas, etc.
- Aparece con golpes, hematomas o rasguños y dice que se ha caído.
- No quiere salir ni se relaciona con sus compañeros.
- No acude a excursiones, visitas, etc. del colegio.
- Quiere ir acompañado a la entrada y la salida.
- Se niega o protesta a la hora de ir al colegio.
Consejos
para educadores de niños que sufren Bullying
Los
profesores deben estar atentos a:
- La relación de los alumnos/as en los pasillos y en el patio. Los peores momentos se sufren cuando los profesores no están presentes.
- Las "pintadas" en las puertas de baños y paredes (qué nombres aparecen habitualmente).
- La no participación habitual en salidas de grupo.
- Las risas o abucheos repetidos en clase contra determinados alumnos o alumnas.
- Las faltas constantes a clase, ya que pueden indicar que no quieren acudir a clase por miedo.
- Estar atentos a los alumnos que sean diferentes, por su forma de ser o aspecto físico.
- Se queja de forma insistente de ser insultado, agredido, burlado...
- Si comenta que le roban sus cosas en el colegio o si cada día explica que pierde su material escolar.
- Investigar los cambios inexplicables de estados de ánimo: tristeza, aislamiento personal del alumno o alumna, aparición de comportamientos no habituales, cambios en su actitud, poco comunicativo, lágrimas o depresión sin motivo aparente...
- Escasas o nulas relaciones con los compañeros y compañeras.
- Evidencias físicas de violencia y de difícil explicación: moretones, cortaduras o rasguños cuyo origen el niño no alcanza a explica; ropa rasgada o estropeada, objetos dañados o que no aparecen...
- Quejas somáticas constantes del alumno: dolores de cabeza, de estómago o de otro tipo cuya causa no está clara.
- Accesos de rabia extraños.
- Variaciones del rendimiento escolar, con pérdida de concentración y aumento del fracaso.
- Quejas de los padres, que dicen que no quiere ir al colegio.
Consejos
para chicos/chicas testigos del Bullying
Si
estás siendo testigo de las agresiones de algunos compañeros hacia otro, debes
tener en cuenta los siguientes consejos:
- Si alguno de los presente dice algo como "¡Basta ya!",en la mitad de los casos, las acciones violentas cesan. Es difícil de hacer, pero estar ahí y no hacer nada es igual que aprobar la agresividad.
- Si sientes que no puedes decir nada, vete del sitio y díselo al adulto más cercano. Haz que vaya a ayudar.
- Si ves que alguien sufre una y otra vez agresiones, puedes hacer algo para terminar esa situación.
- Si el colegio tiene algún tipo de programa para informar de agresiones, como un teléfono o un buzón, utilízalo. Puedes hacerlo de forma anónima.
- Intenta conseguir que la víctima se lo cuente a sus padres o a los profesores. Ofrécete a ir con él o ella si crees que eso puede ayudarle.
- Si el acosado no quiere hablar con nadie, ofrécete para hablar con alguien en su nombre.
- Involucra a tanta gente como puedas, incluso a otros amigos y compañeros de clase.
- No uses la violencia contra los agresores ni trates de vengarte por tu cuenta.
Consejos para las víctimas del Bullying
Si estás siendo víctima de agresiones (físicas o verbales) por
parte de alguno o algunos de tus compañeros, aquí tienes algunos consejos sobre
lo que puedes hacer para acabar con esa situación:
- Ignora al agresor, haz como si no lo oyeras. Ni siquiera le mires.
- No llores, ni te enfades, ni muestres que te afecta. Eso es lo que el agresor pretende, así que no le des esa satisfacción. Más tarde podrás hablar o escribir sobre tus reacciones y lo que sentiste en ese momento.
- Responde al agresor con tranquilidad y firmeza. Di por ejemplo: "No, eso es sólo lo que tú piensas".
- Si puedes, intenta ironizar o tratar con humor lo que te diga. Por ejemplo, si te dice "¡qué camisa más fea!" , puedes responder "gracias, me alegro de que te hayas dado cuenta".
- Aléjate o corre si es necesario, si crees que puede haber peligro. Aléjate de la situación. Vete a un sitio donde haya un adulto.
- Si eres una víctima constante de los agresores, lo más importante que tienes que hacer es hablar con un adulto. Comienza con tus padres. Eso no es acusar, es pedir ayuda a las personas que te quieren cuando la necesitas. Intenta que tus padres hablen con alguien del colegio, pero no con los padres de los agresores.
- Si sientes que no se lo puedes contar a tus padres o que ellos no pueden ayudarte, habla con otro adulto en quien confíes, como un profesor o el director del colegio. Si no quieres hablar de ello con nadie a solas, pídele a un amigo o hermano que te acompañe. Te ayudará llevar a alguien que te haya visto cuando te agreden.
- Deja claro al adulto que la situación te afecta profundamente, sobre todo si eres víctima de agresiones verbales, ya que a veces los adultos no las consideran importantes y, sin embargo, son las que más daño pueden hacer.
- Si sientes que no puedes decir nada a nadie, trata de escribir una carta explicando lo que te pasa. Dásela a un adulto en quien confíes y guarda una copia para ti.
¿Qué es el Bullying?
El Bullying es el maltrato
físico y/o psicológico deliberado y constante que recibe un niño por parte de
otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y
asustarlo. El bullying implica una repetición continuada de las burlas o las
agresiones y puede provocar la exclusión social de la víctima.
domingo, 21 de abril de 2013
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